Cómo eliminar las estrías: causas, tipos y prevención

1. Déficit de colágeno o estructura debilitada
   El colágeno es vital para mantener la piel flexible y resistente. Cuando el cuerpo produce poco colágeno, o este no está funcionando correctamente, la piel pierde firmeza y es más fácil que se marquen las estrías ante cualquier cambio físico.
   
2. Cambios acelerados en la adolescencia
   Durante la pubertad, el cuerpo cambia de forma repentina. Crecen los músculos, se ensanchan las caderas, aumenta la estatura. Si la piel no logra seguir ese ritmo, pueden surgir marcas o líneas visibles, sobre todo en piernas, espalda baja o brazos.
   
3. Embarazo
   Durante la gestación, la piel del abdomen y otras zonas se estira rápidamente. Además, las hormonas pueden debilitar las fibras internas de la piel, haciendo que sea más fácil que se rompan. Por eso es muy común que las estrías se presenten en esta etapa.
   
4. Aumento rápido de masa muscular
   Si haces ejercicio de forma intensa y el desarrollo muscular ocurre muy rápido, la piel podría no alcanzar a adaptarse a ese cambio de volumen, especialmente en brazos, pecho o piernas. Eso puede producir estas marcas.
   
5. Herencia genética
   No existe un “gen de las estrías”, pero si tus familiares cercanos tienen o han tenido estrías, es posible que tengas mayor predisposición. La genética influye en cuánta elasticidad tiene tu piel y qué tan resistente es a los cambios.
   
6. Subidas o bajadas de peso repentinas
   Cuando el peso corporal cambia drásticamente en poco tiempo, la piel se estira o encoge sin el tiempo necesario para ajustarse. Esto puede dar lugar a la ruptura de las fibras y, como resultado, a la aparición de líneas o cicatrices en la piel.
7. Actividad física exigente
   Algunas rutinas de entrenamiento o deportes que implican movimientos bruscos y constantes también pueden contribuir a la formación de estrías, especialmente si la piel no está bien hidratada o cuidada.

Aunque se suelen relacionar con el embarazo, las estrías pueden aparecer en cualquier persona que experimente cambios físicos bruscos. No dependen del género ni de la edad; más bien, tienen que ver con cómo responde la piel ante transformaciones rápidas del cuerpo.

• Adolescentes: Durante la pubertad, el crecimiento se acelera, y muchas veces el cuerpo cambia más rápido de lo que la piel puede resistir. Esto hace que las estrías aparezcan en zonas como piernas, caderas, busto o espalda baja.
  
  
• Hombres: Los hombres también pueden desarrollar estrías, sobre todo en etapas de crecimiento o cuando se da un aumento de peso o masa muscular repentino. En estos casos, suelen salir en brazos, hombros, abdomen o zona lumbar.
  
  
• Mujeres: Además del embarazo, las mujeres pueden tener estrías durante la adolescencia, al subir de peso rápidamente o al practicar ejercicios que generan un aumento de volumen muscular. En el embarazo, sin embargo, es donde las estrías se presentan con mayor frecuencia.

Durante el embarazo, la piel se ve exigida a estirarse rápidamente para adaptarse al crecimiento del vientre, el pecho y otras zonas donde hay aumento de volumen. Esta etapa es una de las más comunes en las que aparecen marcas, y esto ocurre principalmente por dos razones:

• Estiramiento acelerado: A medida que el bebé crece, la piel necesita expandirse en poco tiempo, lo que puede romper las fibras internas si no están suficientemente fuertes o elásticas.
  
  
• Cambios hormonales: Hormonas como el estrógeno y la relaxina pueden debilitar el colágeno y la elastina, que son clave para mantener la piel firme y flexible. Esto hace que sea más fácil que se generen estas líneas visibles.

Aunque no hay una forma infalible de evitar que aparezcan, sí es posible cuidar la piel con hidratación, masajes suaves y productos adecuados para mantenerla flexible durante el embarazo y también después del parto.

1. Mantenerse bien hidratado
   Tomar suficiente agua a diario es fundamental para conservar la elasticidad natural de la piel. Cuando el cuerpo no está bien hidratado, la piel se vuelve más frágil y propensa a romperse al estirarse. Una buena hidratación también ayuda a que los tratamientos funcionen mejor.
2. Alimentarse de forma balanceada
   Una dieta rica en nutrientes refuerza la salud de la piel desde adentro. En etapas como el embarazo, una alimentación adecuada ayuda a que el aumento de peso sea gradual y saludable. Es recomendable incluir alimentos con zinc y vitaminas A, C, D y E, ya que estos aportan elasticidad, regeneración y protección a la piel.
3. Hidratar la piel todos los días
   Aunque los estudios sobre su eficacia para prevenir estrías no son concluyentes, mantener la piel bien hidratada puede hacerla más resistente a los estiramientos. Usar cremas, aceites o lociones con ingredientes como manteca de karité, vitamina E o ácido hialurónico es una excelente opción, especialmente durante el embarazo.
   
   Evita el uso de productos con retinol en esta etapa y, ante cualquier duda, consulta con tu médico o farmacéutico.
4. Evitar cambios bruscos de peso
   En algunas etapas, como la pubertad o el embarazo, es difícil controlar los cambios corporales. Pero si estás subiendo o bajando de peso por decisión propia, lo ideal es hacerlo poco a poco. Las variaciones rápidas son una de las principales causas de marcas en la piel, ya que esta no alcanza a adaptarse.

1. Tratamientos con luz o láser
   Estos procedimientos buscan reactivar la producción de colágeno y elastina en la piel, que son fundamentales para su firmeza y elasticidad. Funcionan mejor cuando las estrías aún están en su etapa inicial (rojizas o moradas), ya que en esta fase la piel está más receptiva a la regeneración.
   
2. Microdermoabrasión
   Este método exfolia la piel con cristales diminutos, eliminando su capa superficial y promoviendo la renovación celular. Puede ser útil para mejorar la textura de estrías más antiguas (blanquecinas), aunque requiere varias sesiones para notar resultados visibles.
   
   
3. Rutina de cuidado con cremas y lociones
   El uso constante de productos formulados para mejorar la elasticidad y reforzar la estructura de la piel puede ayudar a que las marcas se noten menos. Ingredientes como vitamina E, ácido hialurónico y aceites naturales aportan hidratación profunda y favorecen la regeneración del tejido.
   
4. Autobronceadores
   Aunque no actúan directamente sobre las estrías, los productos autobronceantes pueden reducir el contraste entre el tono de la piel y las marcas. Esto es especialmente útil si tus estrías son más claras que tu tono de piel, ya que ayuda a disimularlas visualmente por un tiempo.
   
   Es importante tener expectativas realistas: ningún tratamiento garantiza resultados absolutos. La clave está en la constancia, el tipo de estría y la respuesta individual de cada piel.

El primer paso es limpiar la piel con un producto que respete su equilibrio natural y no la reseque. Lo ideal es utilizar un gel o crema de ducha suave, con ingredientes que además de limpiar, también nutran.

Luego de la limpieza, aplica un producto focalizado para mejorar la elasticidad de la piel y reducir las estrías con el tiempo.

Si buscas un efecto ligero pero profundo, prueba el NIVEA Serum Oil Anti-Estrías, que hidrata durante 48 horas y muestra mejoras visibles desde la segunda semana.* Su aplicación acompañada de masajes suaves, como los de tipo pellizco, puede ayudar a prevenir la aparición de nuevas marcas.

Si prefieres una textura más cremosa, la NIVEA Crema Corporal Anti-marcas y estrías Luminous630 es ideal para todo tipo de piel. Esta fórmula ayuda a reducir tanto las estrías como manchas de pigmentación, al tiempo que mantiene la piel hidratada por 48 horas.**

Ambos productos deben usarse una sola vez al día sobre la zona a tratar y no se recomienda aplicar más de un producto con LUMINOUS630® al día en el cuerpo.

^{*Prueba instrumental en 33 personas, 48 horas después de una sola aplicación.
**Prueba de consumidores, 89 participantes.}