mujer joven usando Nivea Loción Corporal Hidratación Exprés

Cómo crear tu rutina de cuidado de la piel

Conoce los beneficios clave y los pasos que te ayudarán a desarrollar una rutina de cuidado corporal para lograr una piel suave e hidratada.

Tener una rutina bien organizada para el cuidado de la piel corporal va más allá del hábito de ducharse todos los días. Se trata de adoptar ciertos pasos que, al repetirlos con constancia, forman parte de una rutina de cuidado de la piel efectiva y ayudan a mantener la piel con buen aspecto, suave y protegida. Desde una limpieza adecuada, pasando por la exfoliación, la hidratación diaria y el uso de protector solar, cada uno de estos gestos contribuye a que la piel se conserve en equilibrio y luzca saludable.

6 razones para no descuidar tu rutina de cuidado corporal

mujer joven sonriendo
  1. Hidratación constante: Aplicar crema o loción de forma regular ayuda a evitar la resequedad y esa sensación incómoda de piel acartonada o con picor.
  2. Textura más suave: La exfoliación elimina impurezas y células muertas, dejando la piel más lisa y con una mejor sensación al tacto.
  3. Piel con más luz: Cuando se acumula suciedad o células muertas, la piel puede perder su brillo natural. Una buena rutina de limpieza y exfoliación ayuda a recuperarlo.
  4. Mejor firmeza y elasticidad: A medida que pasan los años, la piel puede volverse más flácida. Usar productos reafirmantes puede ayudar a conservar su tono y flexibilidad.
  5. Defensa contra el sol: El uso diario de protector solar evita daños causados por los rayos UV, como manchas o envejecimiento prematuro.
  6. Estimula la circulación: Masajear la piel al aplicar cremas no solo mejora la absorción del producto, también favorece el flujo sanguíneo, lo cual influye en una apariencia más saludable.

¿Cambia el cuidado corporal entre hombres y mujeres?

Sí, existen diferencias que vale la pena considerar. En el caso de las mujeres, los cambios hormonales durante distintas etapas —como el ciclo menstrual, el embarazo o la menopausia— pueden modificar la forma en que la piel se comporta. Esto puede reflejarse en mayor sensibilidad, zonas más secas o exceso de grasa, por lo que muchas veces se opta por productos más ricos o calmantes según el momento.

Los hombres, por su parte, suelen tener una piel más gruesa, lo que hace que usen limpiadores más intensos. Sin embargo, tanto hombres como mujeres se benefician al seguir una rutina constante que incluya limpieza, exfoliación e hidratación. Lo importante es adaptar los productos a lo que cada piel necesita.

Tu rutina de cuidado de la piel en 5 pasos: práctica y efectiva para todos los días

Independientemente del tipo de piel o si eres hombre o mujer, hay una serie de pasos básicos que pueden ayudarte a cuidar la piel de todo tu cuerpo. Lo más importante es ser constante y elegir los productos adecuados para ti.

1. Limpieza:

Comienza con un gel de ducha que se adapte a tu tipo de piel. Durante el baño, moja bien tu cuerpo con agua tibia y aplica una pequeña cantidad del producto en tus manos o en una esponja. Masajea suavemente con movimientos circulares, especialmente en zonas que tienden a acumular más grasa o sudor, como las axilas, el pecho y la espalda. Luego, enjuaga con abundante agua.

Prefiere geles que incluyan ingredientes hidratantes como glicerina o, si tu piel es muy seca, fórmulas más nutritivas con vitamina E.

Mujer joven usando Nivea Body Milk Rich Nourishing

2. Exfoliación

La exfoliación remueve las células muertas de la piel, dejándola con una textura más lisa y renovada.

Para mejores resultados, aplícala sobre la piel húmeda y realiza movimientos circulares por unos 30 segundos a 1 minuto. Concéntrate en zonas como rodillas, codos y talones. Luego enjuaga con agua tibia y seca con una toalla dando toquecitos.

Hazlo de una a dos veces por semana para mantener el equilibrio natural de la piel sin resecarla.

3. Rasurado:

Si el rasurado forma parte de tu rutina corporal, lo ideal es hacerlo después de exfoliar, ya que la piel estará más preparada y el vello más blando.

Aplica crema, espuma o gel para afeitar en la zona que vas a trabajar. El agua tibia del baño habrá suavizado el vello, facilitando el proceso. Afeita siguiendo la dirección del crecimiento del vello para evitar irritaciones, especialmente en áreas sensibles.

Evita presionar demasiado para reducir el riesgo de vellos encarnados o enrojecimiento.

4. Hidratación:

Después de la ducha es el momento ideal para aplicar tu loción corporal, ya que la piel absorbe mejor la hidratación.

  • Cantidad justa: Usa entre 2 y 3 cucharadas para cubrir todo el cuerpo sin excederte.
  • Por zonas: Aplica primero en piernas, luego brazos y por último el torso.
  • Zonas resecas: Dedica un poco más de producto en lugares como codos o talones, que tienden a secarse más.

5. Protección solar:

Cuidarte del sol no es solo cosa de vacaciones. La exposición diaria puede afectar la piel, incluso en días nublados.

Antes de salir, aplica protector solar de amplio espectro con un mínimo de FPS 30 en las zonas expuestas como brazos, cuello, rostro y piernas. Usa suficiente producto y distribúyelo bien hasta que se absorba por completo.

Si estás al aire libre por mucho tiempo, sudas o te mojas, reaplica cada dos horas.

Problemas comunes en la piel del cuerpo y cómo tratarlos

Aunque una rutina de cuidado corporal básica ya ayuda bastante, hay situaciones puntuales que requieren un enfoque más específico dentro de tu rutina de cuidado de la piel. A continuación, te compartimos algunas de las más frecuentes y lo que puedes hacer al respecto:
mujer joven usando Nivea Anti Marks and Spots Body Cream

Piel reseca:

Cuando la piel pierde humedad, puede sentirse tirante, áspera o incluso llegar a agrietarse en ciertas zonas. Si este es tu caso, lo ideal es aplicar cremas con texturas densas y componentes como glicerina y dexpantenol, que ayudan a hidratar profundamente y a fortalecer la barrera protectora de la piel. Un consejo importante es evitar duchas con agua muy caliente por tiempos prolongados, ya que esto elimina los aceites naturales que mantienen la piel en equilibrio.

Una opción efectiva es la NIVEA Crema Corporal Regeneración Intensiva, que ha sido desarrollada para brindar alivio a la piel reseca, reducir la sensación de irritación y ofrecer hidratación por hasta 72 horas*.

*Test instrumental con 33 personas.

Celulitis:

Aunque no es un problema dermatológico como tal, la celulitis se presenta por una distribución irregular de grasa bajo la piel, y suele notarse más en áreas como muslos o glúteos, principalmente en mujeres.

Si bien no hay una solución mágica, el uso constante de cremas reafirmantes y masajes en las zonas afectadas puede mejorar la textura de la piel. Ingredientes como la coenzima Q10 o la vitamina C son aliados que pueden ayudar a que la piel luzca más firme y elástica. Puedes probar la NIVEA Crema corporal reafirmante Q10, que aporta firmeza y ayuda a recuperar la elasticidad con el uso regular.

Estrías:

Las estrías pueden aparecer por cambios en el volumen corporal, embarazo o crecimiento rápido. Para mejorar su apariencia, es importante mantener la piel bien hidratada con productos que ayuden a atenuar las marcas visibles.

Una excelente opción es la NIVEA Crema Corporal Anti-marcas y estrías Luminous630, que combina ingredientes hidratantes con una fórmula avanzada diseñada para reducir visiblemente las estrías y unificar el tono de la piel. Su uso regular puede ayudarte a sentir la piel más suave, nutrida y con un aspecto más uniforme.

Recomendaciones adicionales para consentir tu piel corporal

Además de seguir una rutina básica, hay ciertos cuidados que puedes aplicar para potenciar los resultados y mantener tu piel en óptimas condiciones. Incorporar estos consejos a tu rutina de cuidado de la piel puede marcar una gran diferencia en cómo luce y se siente tu cuerpo día a día. Aquí te compartimos algunas ideas prácticas que funcionan muy bien:
  1. Mantén una buena hidratación: Beber suficiente agua durante el día es clave para que tu piel se mantenga flexible y con un aspecto saludable. No esperes a tener sed: hidrátate constantemente, especialmente si estás en zonas de calor o humedad.
  2. Cepillado antes del baño: Usar un cepillo seco sobre la piel antes de ducharte puede ayudar a activar la circulación, mejorar el tono y eliminar impurezas de forma suave. Realiza movimientos ascendentes, sin presionar demasiado.
  3. Productos más intensos por la noche: Durante las horas de sueño, la piel entra en modo reparación. Aprovecha ese momento para usar cremas nocturnas o lociones más ricas que aporten nutrición profunda.
  4. Rasurado consciente: Para evitar molestias como ardor o irritación, rasúrate con productos que ayuden a proteger e hidratar la piel. Después, aplica un producto calmante para restaurar el equilibrio.
  5. Atención a los pies: Los pies también merecen cuidados especiales. Exfoliarlos con frecuencia y aplicar crema ayuda a evitar que se resequen o se agrieten, sobre todo si pasas muchas horas de pie o usas calzado cerrado.

Cómo hacer un exfoliante corporal casero con ingredientes naturales

Preparar tu propio exfoliante en casa es más fácil de lo que crees. Con ingredientes que probablemente ya tengas en tu cocina, puedes crear mezclas que ayudan a remover células muertas y a renovar la piel de forma suave.

Eso sí, es importante tener en cuenta que algunos ingredientes —por su forma o textura— pueden resultar abrasivos si tu piel es muy delicada. Si tienes piel sensible, lo más recomendable es optar por productos formulados y probados específicamente para ese tipo de piel.

Aquí te dejamos tres ideas sencillas para probar:
  1. Exfoliante de azúcar y aceite de oliva: Mezcla una taza de azúcar con media taza de aceite de oliva. Revuelve bien hasta que quede una pasta homogénea. Aplícala sobre la piel con movimientos circulares, enfocándote en zonas secas o ásperas.
  2. Exfoliante de café y coco: Combina media taza de café molido con media taza de aceite de coco y un cuarto de taza de azúcar. Esta mezcla tiene una textura fina que ayuda a exfoliar sin ser demasiado agresiva, dejando la piel más suave y revitalizada.
  3. Exfoliante de avena, miel y yogur natural: Licúa una taza de avena con media taza de miel y media taza de yogur natural. Esta combinación es ideal para pieles que necesitan una limpieza suave y calmante, aportando hidratación y nutrición al mismo tiempo.

Resumen

Tener una rutina corporal constante es clave para mantener la piel suave, hidratada y con buen aspecto. Los pasos más importantes dentro de una buena rutina de cuidado de la piel son: limpiar, exfoliar, hidratar y aplicar protector solar todos los días. Con el cuidado adecuado, puedes prevenir la resequedad, retrasar signos de envejecimiento y conseguir un tono de piel más parejo y saludable.

Preguntas frecuentes

¿Cada cuánto debo exfoliar mi cuerpo?

Lo ideal es hacerlo entre 2 y 3 veces por semana para eliminar células muertas y ayudar a renovar la piel.

¿Puedo usar la misma crema para el cuerpo y el rostro?

Lo mejor es usar productos específicos para cada zona, ya que la piel del rostro es más delicada. Sin embargo, si no tienes necesidades particulares, algunos productos suaves pueden servir para ambos.

¿Qué hago si tengo piel sensible?

Evita exfoliar con demasiada frecuencia y prefiere productos sin fragancia, con fórmulas suaves que no irriten la piel.

¿Cómo evitar que la piel se reseque?

Toma suficiente agua durante el día y aplica crema humectante justo después de bañarte para retener la humedad en la piel.

¿Qué beneficios tiene usar aceites corporales?

Los aceites ayudan a mantener la hidratación, nutren la piel en profundidad y mejoran su elasticidad, dejando una sensación de suavidad que dura.

¿Qué es el cepillado en seco y para qué sirve?

Es una técnica en la que se usa un cepillo seco sobre la piel antes del baño. Ayuda a exfoliar, mejorar la circulación y estimular el sistema linfático.

¿Debo cambiar mi rutina de cuidado según el clima?

Sí. Cuando hace más frío, la piel suele necesitar productos más nutritivos. En cambio, en días calurosos o húmedos, es mejor usar fórmulas ligeras que no dejen sensación pesada.